martes, 25 de mayo de 2010

Inducción a la organización de secretarias y asistentes


¿Cómo generar un vínculo productivo lo antes posible?

Siempre he pensado que muchos problemas entre jefes y subordinados se originan en una particular dificultad en el flujo de la dimensión comunicacional. Como ocurre con una pareja, una amiga u otra relación cercana, el vínculo humano requiere una retroalimentación. Y, en cuanto estamos trabajando en una empresa, a esto se suma la necesidad de ser productivos como resultado permanente de la interacción diaria.
Es decir que necesitamos comunicarnos efectivamente para aceitar los procesos que directa o indirectamente hacen que la empresa gane dinero. Y esto, hacerlo lo más rápido y lo mejor posible!
Cuando ingresamos a una nueva compañía, desde el primer día de trabajo comienza la adaptación al puesto y al grupo de trabajo. Algunas empresas incluyen un proceso de inducción formal, otras lo manejan informalmente. Esto depende muchas veces del tamaño y tipo de empresa. El objetivo de la inducción es presentarle la empresa al ingresante, sus aspectos más relevantes, como la misión, visión y valores, las características del negocio, de los procedimientos, la historia de la empresa, etc. Los contenidos y formatos varían, aunque el objetivo es siempre el mismo: acelerar el proceso por el cual un empleado/a se convierte en productivo.
Es necesario aclarar que aunque se realice una inducción formal, muchas de las pautas y costumbres de la empresa se adquieren estando allí, en el campo de trabajo. Si todos se saludan con un beso en la mejilla al finalizar el día, la inducción formal no hablará de ello en la mayoría de los casos. Y la adaptación más rápida, la hará aquella empleada o aquel empleado que sepa captar y conocer cómo y porqué se hacen las cosas en esa empresa.
En caso de todo empleado o empleada, también hay un proceso de adaptación relativo al nuevo jefe/a directo/a. Y en específico, en el caso de la secretaria o asistente personal, estamos hablando de una adaptación de la que depende la permanencia en el puesto de trabajo posiblemente. He visto secretarias que se llevaban mal con su jefe o jefa. Y han durado poco. La interdependencia en las tareas es tan alta, que resulta muy difícil sostener una relación poco cordial o poco productiva. ¿Cómo empezar con el pie derecho entonces?
Mi consejo es, desde un primer momento, indagar sobre las necesidades del jefe o jefa. Y esto significa que debemos hacer muchas preguntas. La experiencia laboral nos enseñará mucho en este sentido, pero aquellas que recien comienzan especialmente, deben saber que las preguntas dan cuenta de su interés, orientación a la calidad y a la excelencia en el trabajo.
Es necesario saber cuáles son nuestros objetivos en la empresa y que se espera de nosotras. La idea es, entonces: ¿Cómo lograr que esto se nos transmita claramente? (ah...y les aclaro, antes de continuar, que he descubierto científicamente que la magia no existe...por lo que no se hagan ilusiones, la solución implica... si adivinaron! Más trabajo!)
La magia no existe claro... aunque tal vez tengamos suerte y nuestros jefes nos transmitirán claramente sus espectativas sin que siquiera lo consultemos. Otros darán por sentado que sabemos lo que se espera de nosotras. Aquí es donde se nos debe prender la alarma sonora y titilante.
Si no nos son claros con lo que esperan de nosotras, es necesario proactivamente buscar esta información. Por más que hayamos pasado por muchos jefes o jefas, nada debe darse por sentado.
De forma progresiva, podemos realizar preguntas genéricas, como por ejemplo: “¿En qué puedo colaborar para que Ud. pueda concentrarse en agregar valor a su trabajo?”. “La secretaria anterior, si la hubo, que hacia que le resultaba muy útil? ¿Y que hacia que no le resulta de utilidad?” “¿Cuáles son mis tareas más importantes? ¿Cuáles no?”. O tal vez más especificas: “Le parece bien que ante la presencia del director, filtre todas las llamadas?”, etc.
Indagar directamente y sin rodeos es la forma de saber que se espera de nosotras. No tengan temor de parecer inseguras o amateur. Es una actitud profesional tener dudas y buscar información para aprender cada vez más, desde los primeros minutos en que ingresamos a la compañía. Para accionar con excelencia, es necesaria siempre la informacion confiable y oportuna. Es amateur quedarse con dudas y no saber que esperan de nosotras.
Por Candela, colaboradora de Mundo de Secretarias.

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