sábado, 25 de diciembre de 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

CONCURSO "NUEVA IMAGEN"


Claudia Lombardi Comunicación e Imagen y Mundo de Secretarias lanzan el concurso: "Nueva Imagen".

Gana una beca para un curso de Imagen Personal con una duración de 3 horas en el estudio Claudia Lombardi ubicado en Paternal, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mundo de Secretarias desea renovar la imagen de su Guía On Line para brindarte el mejor servicio y, al mismo tiempo, puedes cambiar o mejorar tu imagen !

Escríbenos a contacto@mundodesecretarias.com.ar contestando las siguientes preguntas y participarás del sorteo por la beca:

  • ¿Qué te gustaría encontrar en nuestra Guía On Line?
  • ¿Cuáles son los productos o servicios que utilizas con mayor frecuencia en tu trabajo?
  • ¿Cuáles son los productos o servicios para tu consumo personal que sueles buscar en Internet?
¡No te pierdas esta oportunidad de renovar tu imagen de la mano de Claudia Lombardi y Mundo de Secretarias!

sábado, 4 de septiembre de 2010

¡Feliz día de la secretaria!

El protagonista de nuestro cuento recorre con cierta ansiedad las pobladas calles del centro comercial. Tiene la certeza de que va a lograr lo que se propuso. Y piensa que si no hubiera sido por esa maldita reunión que se demoro en terminar, tendría tiempo de sobra. En voz muy baja, y como para darse ánimo, murmura para sí mismo: “simplemente necesitas concentrarte”.
Cuando está por ingresar a una casa de venta de ropa, se cruza con un rostro demasiado conocido que lo saluda. Es la CEO de la compañía. Y piensa: ¡Por Dios! ¿qué hago? ¿me detengo a saludar? Eso me va a robar unos diez minutos… aunque, no…se la ve apurada también, que alivio, ya se fue.
Pasan los minutos y no encuentra que comprar allí ni en ningún otro comercio. ¿Cómo pudo haber pensado que era posible encontrar algo impactante con tan poco tiempo? Quería regalarle algo que la hiciera feliz, que le diera cuenta en el sólo acto de entregarlo y darle un abrazo, de su sincero agradecimiento, de su admiración, de su reconocimiento. Esta vez quiso que fuera distinto a todas las anteriores. Quiso comprar algo él, no pedirle consejo a su esposa sobre qué regalarle, ni a otra mujer del trabajo, quería hacerlo él sólo.
Tuvo que admitirlo. Era casi la hora y no pudo más que comprar los bombones y esas flores de todos los años. Se sintió derrotado.
Al darle un beso en la mejilla y recibir la amable y profesional sonrisa de siempre, sintió lo mismo. Ella percibió que algo malo le ocurría, y le preguntó si estaba todo bien. Sabía que él estaba preocupado por una unidad de negocio que no estaba funcionando.
Nuestro (ahora culposo) protagonista le contestó: “Si, gracias, estoy bien, simplemente quise comprarte un lindo regalo, y no tuve tiempo…bah….lo de siempre.Es que te merecés mucho más que esto hoy!"
La respuesta de ella fue, de alguna intrincada manera, tranquilizadora para nuestro protagonista: “Claro que lo merezco Jefe. Por eso elegí yo misma el regalo. Aquí esta la factura. ¡Y vea que hermosísima cartera me ha comprado usted hoy sin saberlo!”
De su boca se movieron por reflejo las comisuras de los labios formando una mueca conocida, su cabeza bajó con aprobación. Hace años que trabajaban juntos, pero su secretaria no dejaba de sorprenderlo.
Sonriendo le dijo “feliz día”. Otra vez, con todas las gracias, la admiración y el reconocimiento.
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A las que trabajan, a las que buscan trabajo, a las que lo sienten una vocación, a las que en realidad quisieran hacer otra cosa, a las que las hacen sentir fundamentales, a las que las hacen sentir que no lo son. A todas y cada una de nuestras suscriptoras: gracias por dar lo mejor de Uds. cada día y ayudarnos a hacer un mundo mejor, trabajando con dedicación y respeto en todos sus ámbitos. Muy feliz día!

viernes, 23 de julio de 2010

¿Decir que no?


El scope de responsabilidades de una secretaria no siempre está claramente definido. Es común encontrarse con que las tareas se multiplican en comparación con aquellas para las que originalmente fueron contratadas. A veces ocurre que les encomiendan una labor y, si la hacen bien, pasan automáticamente a ser las nuevas responsables. Otras veces les solicitan cosas insólitas, trámites personales completamente ajenos al negocio y hasta algunas "misiones imposibles". Y por lo general, con su mejor sonrisa, contestan a cada requerimiento: "Sí, claro".

¿Qué ocurre con esas cuestiones de las que nadie quiere encargarse? "Se lo pedimos a la secretaria", suele ser la solución más rápida. ¿Te resulta familiar esta situación?

No cabe duda de que su vocación de servicio lleva a las secretarias a estar siempre bien predispuestas y deseosas de colaborar en todo lo que esté a su alcance, pero a veces puede suceder que se vean desbordadas y que les haga difícil establecer prioridades o aprovechar su capacidad para desarrollar tareas realmente valiosas para la compañía, mientras terminan dedicando la mayor parte de su tiempo a cuestiones triviales. Definitivamente están capacitadas para mucho más que eso y no deberían permitir que se las subestime.

Entonces... ¿cómo decir que no de una manera educada, sin generar antipatías? El concepto de "multitasking" tan asociado con estas posiciones, hace que muchas veces no sea bien vista una negativa. Entonces la solución tal vez no sea decir que no, sino "no ahora". Una opción puede ser explicar: "En este momento estoy trabajando en..... que tiene urgencia, pero tan pronto me sea posible me encargaré de su solicitud". Otra posibilidad sería contestar con una sonrisa amable y transmitiendo interés: "Me gustaría mucho poder ayudarlo, pero no estoy a cargo de esa tarea y no cuento con las herramientas necesarias, pero seguramente en el sector de... podrán orientarlo".

¿Cómo manejas estas situaciones en tu trabajo? ¿Cómo respondes ante requerimientos inoportunos, excesivos o inadecuados? Tu experiencia personal sin duda será un gran aporte para todas las colegas, que seguramente también se plantean esta inquietud con frecuencia. ¡Gracias desde ya por compartir tus opiniones!


lunes, 21 de junio de 2010

Aumentando mi empleabilidad


"Tanto si piensas que puedes, como que no puedes, tienes razón"
extraído de "La última lección", Randy Pausch
Muchos postulantes que buscan trabajo no lo consiguen en el corto plazo. ¿Por qué ocurre esto? Entre otras variables, reconocemos que el mercado laboral cambió, que es más exigente y competitivo. Y, como habrán notado, las personas ya no trabajan toda la vida en una misma empresa. Algunos empleados, de hecho, casi ni pisan la oficina, porque trabajan desde su casa la mayor parte del tiempo.
Es bastante claro: el panorama laboral está mutando rápidamente hacia otras formas, tendientes a los cortos plazos, al trabajo por proyectos, al manejo de tareas complejas y a desafíos permanentes. Lo vemos en las especificaciones sobre los conocimientos, habilidades y actitudes que las empresas buscan en sus secretarias, recepcionistas y asistentes: no se trata de un capricho, las empresas piden más, porque necesitan más de sus empleados. Tengamos en cuenta que no solo el mercado laboral es más competitivo, todos los mercados pasaron a serlo. Y se hace necesario hacer más, con menos.
En ese escenario buscamos empleo y trabajamos. Las invitamos entonces a recapacitar sobre qué ofrecen en sus CVs, cartas de presentación y entrevistas. Se trata de pensar, por ejemplo: ¿Qué me hace única? ¿Por qué deberían entrevistarme y darme una oportunidad laboral?
Y una vez que conocemos cuáles son nuestras características como "empleables", necesariamente debemos preguntarnos en qué podríamos mejorar. ¿Qué aspectos podemos fortalecer de nuestros conocimientos, habilidades y actitudes para ser todavía más atractivas para los empleadores? Ser más "empleables" hace que la propia empresa quiera retenernos y que otras empresas quieran contratarnos.
Día a día podemos capacitarnos. ¿Cómo lo logramos? De diversas formas. Hay muchas modalidades para aprender: en el aula, mientras trabajamos, en casa, etc. En este contexto me refiero particularmente a las opciones que nos ofrece nuestro ambiente como fuente de aprendizaje gratuito o de bajo costo, a formas de desarrollarnos que a veces no tenemos en cuenta y que están esperando ser explotadas.
¿A qué oportunidades me refiero? ¡Aquí van dos ejemplos!
  • Sumarnos a actividades nuevas en el trabajo: participar de nuevos proyectos, proponernos para nuevas tareas, hacer algo diferente, tal vez contactarnos con nuevas personas, encarar una tarea de manera distinta, etc. Ufff... ¡más trabajo ! ¡Claro ! Aprender cuesta tiempo y esfuerzo, y no todas las personas están dispuestas a invertirlo en autodesarrollarse. Eso nos da una ventaja competitiva a quienes sí deseamos hacerlo.
  • Alternativas gratuitas que nos ofrece Internet: hablar y comprender otro idioma requiere años de esfuerzo y práctica. Sabemos que el inglés es fundamental como herramienta en nuestro trabajo (y si no lo es hoy, en el futuro de la empresa lo será). Saber inglés u otro idioma nos abre puertas, nos da acceso a información que puede hacer la diferencia. ¿No tenemos tiempo o no podemos invertir en clases de idiomas? Solo investigando en nuestro sitio web, podrás encontrar muchas noticias sobre diferentes portales de idiomas. Desde ya que este aprendizaje no reemplaza el tiempo con un profesor o el tiempo de uso real del idioma. Pero tengamos en cuenta que escuchar un podcast, hacer un ejercicio online o tal vez chatear en otro idioma nos mantiene al día, amplía nuestro vocabulario y nuestra capacidad de comprensión. El punto aquí es ser constante con la actividad. Si están atentas a los portales de empleo, blogs o páginas asociadas a su actividad, seguramente también podrán acceder a webinars, e-learnings u otras alternativas.
Les dejo estas ideas como un simple disparador, para que piensen un poco más en las múltiples formas que hoy tenemos a nuestra disposición para volvernos más "empleables". Mi sugerencia es que vayan de a poco, progresivamente y de forma constante, ¡sin detenerse más que a leer el blog de Mundo de Secretarias !

Candela, en colaboración con Mundo de Secretarias.

martes, 25 de mayo de 2010

Inducción a la organización de secretarias y asistentes


¿Cómo generar un vínculo productivo lo antes posible?

Siempre he pensado que muchos problemas entre jefes y subordinados se originan en una particular dificultad en el flujo de la dimensión comunicacional. Como ocurre con una pareja, una amiga u otra relación cercana, el vínculo humano requiere una retroalimentación. Y, en cuanto estamos trabajando en una empresa, a esto se suma la necesidad de ser productivos como resultado permanente de la interacción diaria.
Es decir que necesitamos comunicarnos efectivamente para aceitar los procesos que directa o indirectamente hacen que la empresa gane dinero. Y esto, hacerlo lo más rápido y lo mejor posible!
Cuando ingresamos a una nueva compañía, desde el primer día de trabajo comienza la adaptación al puesto y al grupo de trabajo. Algunas empresas incluyen un proceso de inducción formal, otras lo manejan informalmente. Esto depende muchas veces del tamaño y tipo de empresa. El objetivo de la inducción es presentarle la empresa al ingresante, sus aspectos más relevantes, como la misión, visión y valores, las características del negocio, de los procedimientos, la historia de la empresa, etc. Los contenidos y formatos varían, aunque el objetivo es siempre el mismo: acelerar el proceso por el cual un empleado/a se convierte en productivo.
Es necesario aclarar que aunque se realice una inducción formal, muchas de las pautas y costumbres de la empresa se adquieren estando allí, en el campo de trabajo. Si todos se saludan con un beso en la mejilla al finalizar el día, la inducción formal no hablará de ello en la mayoría de los casos. Y la adaptación más rápida, la hará aquella empleada o aquel empleado que sepa captar y conocer cómo y porqué se hacen las cosas en esa empresa.
En caso de todo empleado o empleada, también hay un proceso de adaptación relativo al nuevo jefe/a directo/a. Y en específico, en el caso de la secretaria o asistente personal, estamos hablando de una adaptación de la que depende la permanencia en el puesto de trabajo posiblemente. He visto secretarias que se llevaban mal con su jefe o jefa. Y han durado poco. La interdependencia en las tareas es tan alta, que resulta muy difícil sostener una relación poco cordial o poco productiva. ¿Cómo empezar con el pie derecho entonces?
Mi consejo es, desde un primer momento, indagar sobre las necesidades del jefe o jefa. Y esto significa que debemos hacer muchas preguntas. La experiencia laboral nos enseñará mucho en este sentido, pero aquellas que recien comienzan especialmente, deben saber que las preguntas dan cuenta de su interés, orientación a la calidad y a la excelencia en el trabajo.
Es necesario saber cuáles son nuestros objetivos en la empresa y que se espera de nosotras. La idea es, entonces: ¿Cómo lograr que esto se nos transmita claramente? (ah...y les aclaro, antes de continuar, que he descubierto científicamente que la magia no existe...por lo que no se hagan ilusiones, la solución implica... si adivinaron! Más trabajo!)
La magia no existe claro... aunque tal vez tengamos suerte y nuestros jefes nos transmitirán claramente sus espectativas sin que siquiera lo consultemos. Otros darán por sentado que sabemos lo que se espera de nosotras. Aquí es donde se nos debe prender la alarma sonora y titilante.
Si no nos son claros con lo que esperan de nosotras, es necesario proactivamente buscar esta información. Por más que hayamos pasado por muchos jefes o jefas, nada debe darse por sentado.
De forma progresiva, podemos realizar preguntas genéricas, como por ejemplo: “¿En qué puedo colaborar para que Ud. pueda concentrarse en agregar valor a su trabajo?”. “La secretaria anterior, si la hubo, que hacia que le resultaba muy útil? ¿Y que hacia que no le resulta de utilidad?” “¿Cuáles son mis tareas más importantes? ¿Cuáles no?”. O tal vez más especificas: “Le parece bien que ante la presencia del director, filtre todas las llamadas?”, etc.
Indagar directamente y sin rodeos es la forma de saber que se espera de nosotras. No tengan temor de parecer inseguras o amateur. Es una actitud profesional tener dudas y buscar información para aprender cada vez más, desde los primeros minutos en que ingresamos a la compañía. Para accionar con excelencia, es necesaria siempre la informacion confiable y oportuna. Es amateur quedarse con dudas y no saber que esperan de nosotras.
Por Candela, colaboradora de Mundo de Secretarias.

domingo, 25 de abril de 2010

Maltrato en el lugar de trabajo


Entre el "nada puede hacerse" y el "protesto... ¿y me expongo demasiado?"

¿Te ha ocurrido alguna vez esto de presenciar alguna situación de maltrato en el lugar de trabajo? ¿Fuiste víctima? ¿O tal vez testigo de un maltrato a otros?

Lamentablemente el maltrato psicológico no es una novedad: humillaciones, desprecios, descalificaciones, insultos, etc. No resulta extraño identificar como observadoras este tipo de situaciones. Por ejemplo, vamos a un negocio y vemos que el jefe maltrata a un empleado que nos está atendiendo. Notamos al empleado avergonzado, porque es un adulto al que están reprimiendo de mala manera y delante de otros, no es para menos que se sienta mal. Pero, por temor a perder su empleo, no puede manifestar su descontento. Probablemente, desde la empatía, este tipo de escenas nos transmitirán diversas emociones.

Ahora bien, considero que generalmente nos cuesta un poco más caer en la cuenta de la gravedad cuando somos nosotras las receptoras de este tipo de agresiones. Muchas veces dudamos de lo que percibimos, creemos que nos sentimos incómodas pero que tal vez entendimos mal o sobredimensionamos el hecho. O hasta podemos llegar a pensar que realmente hicimos algo tan mal como para merecer ese desdén, en claro conflicto con nuestra autoestima.

Cuando la situación se repite varias veces, comenzamos a convencernos de que no podemos estar tan confundidas y damos crédito a nuestros sentimientos y percepciones. Es entonces cuando comprendemos que hay algo que hacer porque estamos sufriendo un maltrato.

Y pronto nos enfrentamos al dilema planteado al comienzo: ¿cómo puedo hacer algo sin generar más conflicto? ¿cómo puedo plantear este tema si la persona que lo genera tiene un cargo superior? Ante tal disyuntiva solemos optar por guardar silencio.

De esta forma muchas situaciones de maltrato pueden mantenerse en el tiempo. En cierta forma "naturalizamos" la violencia, nos resignamos a que "así son las cosas y nada puedo hacer para que cambien".

Reflexionemos al respecto. Sabemos que ni la violencia física ni la psicológica deberían ser admitidas en ningún contexto, aunque nos hayamos acostumbrado a ello, aunque nos digan que siempre fue así. Pero, al no saber cómo manejar la situación, podemos acabar convirtiéndonos en víctimas crónicas o, en otros casos, en testigos impotentes ante el maltrato hacia algún colega.

Una vez que aceptamos que esta situación de hostigamiento no es sana, hemos dado el primer paso. ¿Qué hacer entonces? Debemos evaluar la posibilidad de hablar con Recursos humanos, un gerente criterioso o algún profesional que pueda orientarnos. En ocasiones podemos enfrentarnos a la indiferencia de la organización. Es preciso ser conscientes de que ello puede ocurrir y que tal vez hasta nos expongamos a respuestas aún más hostiles. Se necesita avanzar con cautela, cuidando nuestra fuente de trabajo pero al mismo tiempo valorándonos a nosotras mismas y al resto de los colaboradores, procurando poner los límites que sean pertinentes a aquellos que se olvidan del respeto y de la dignidad de las personas.

Si nos hallamos en una encrucijada porque necesitamos el empleo y sentimos que no nos queda otra opción que continuar allí y con este problema, nunca permitamos acostumbranos al maltrato y continuemos buscando otra solución alternativa (acudiendo a ayuda profesional, buscando otro trabajo, hablando con otro integrante de la empresa que pueda orientarnos, solicitando asesoramiento legal, etc.)

Siempre hay un término medio entre no hacer nada y hacer todo junto o impulsivamente. Porque entre todo y nada siempre hay algo. En este caso, la posibilidad de cambiar la mirada propia sobre el tema, que no es poco.

¿Viviste alguna situación como esta? ¿Pudiste resolverlo? ¿De qué manera? ¡Gracias por compartir tu experiencia!

Candela, en colaboración con Mundo de Secretarias
Basadas en artículos de Psicología Laboral y reflexiones personales

Mundo de Secretarias

domingo, 21 de marzo de 2010

Adaptación a los cambios


Últimamente estuve pensando mucho en los cambios. Una de las aptitudes que relevo en las entrevistas laborales es justamente la capacidad de adaptarse a los cambios. Esa aptitud es muy importante para cualquier puesto.

Vivimos en un mundo de constantes cambios y desde el comienzo de la historia de la humanidad el ser humano ha debido enfrentarse a diversas situaciones, entornos, desafíos y amenazas. Adaptarse desde el punto de vista biológico es una forma de subsistir, en el ámbito psicosocial, laboral o profesional es una manera de aprender, de superarse y de triunfar.

En la actualidad todos estamos transitando una era de transformaciones: climáticas, sociales, culturales, tecnológicas, etc. En mi caso particular, me he enfrentado a innumerables cambios a lo largo de mi carrera: reestructuraciones, nuevos jefes, compañeros, políticas, procedimientos, etc. Sin duda alguna los cambios en mi vida personal han sido aún más frecuentes y significativos. Sin ir más lejos, el presente año comenzó con grandes cambios internos y externos. Es un buen momento para reflexionar sobre la mejor manera de enfrentarlos.

Si bien en un primer momento es inevitable sentirse abrumado, desorientado y hasta desmotivado, considero que la clave para lograr una correcta adaptación recae en tres puntos fundamentales: la confianza, el análisis y la perseverancia.

Debemos confiar en nosotros mismos, en nuestra capacidad para responder eficazmente ante los nuevos escenarios. Es preciso apartar el famoso "no voy a poder..." que muchas veces se instala en nuestras mentes cuando cualquier cambio relevante y sorpresivo aparece en el camino. Y si realmente nuestra autoconfianza está debilitada, un buen ejercicio sería hacer un repaso de nuestra experiencia, de todos los cambios a los que nos hemos enfrentado a lo largo de la vida para descubrir cómo, de una forma u otra, hemos logrado adaptarnos y salir airosos. Seguramente nos sorprenderemos al caer en la cuenta de lo numerosos que han sido dichos cambios.

El autoanálisis es otro requisito elemental para lograr una buena adaptación. Debemos conocer en profundidad nuestras fortalezas y debilidades, para sacar el mayor provecho de las primeras y hallar la mejor manera de contrarrestar las últimas. Si desconocemos nuestros puntos débiles éstos podrán jugarnos una mala pasada en más de una oportunidad. Es necesario ser consciente de las herramientas con las que contamos y aquellas de las que carecemos para enfrentar los nuevos desafíos. También debemos estar muy atentos a nuestras reacciones, los sentimientos que nos provocan las nuevas experiencias a las que nos enfrentaremos a lo largo del camino del cambio. Cada sentimiento negativo puede remitirnos a algo más profundo que una simple resistencia a lo desconocido, puede tratarse de algún conflicto interno sin resolver que, de no afrontarlo, podría convertirse en un impedimento no solo en la situación actual sino también en un futuro.

Es indudable que la perseverancia es el punto más importante en este proceso. Más de una vez sentiremos el impulso de bajar los brazos y el deseo imperioso de volver a la situación anterior, aquella que representaba lo que en psicología se denomina "zona de confort". La zona de confort es un estado mental donde nos encontramos cómodos con nuestra vida actual, aunque no nos satisfaga completamente, es una especie de conformismo. Cualquier nuevo desafío que nos aleje de este estado nos inquieta y hasta podría conducirnos a una fuerte crisis. Pero el conformismo no es la solución, no debemos darnos por vencidos en la búsqueda de la felicidad plena. Los cambios son inevitables y si bien al principio puedan parecer amenazas, no dejan de ser oportunidades de mejora. Confrontarlos, aprender de los errores, experimentar nuevas sensaciones, descubrir nuestras capacidades ignoradas, todo ello viene de la mano del cambio, nos hace crecer, enriquecernos y ampliar nuestra visión.

Podemos continuar con nuestra vida como si fuera una rutina, una sucesión de situaciones cotidianas que podemos controlar desde la seguridad de lo conocido. O podemos darle la bienvenida a los cambios, animarnos a la aventura que implica lo desconocido, todas esas experiencias por descubrir. No saber cuál será el resultado puede generarnos gran incertidumbre y hasta cierto temor, pero hay algo que no podemos dudar: independientemente del resultado es más lo que ganaremos al adentrarnos en el camino del cambio que lo que dejaremos en nuestra zona de confort.

¿Y ustedes? ¿Se han enfrentado a cambios significativos últimamente? ¿Cómo los afrontaron? ¿Cuál fue el resultado?

jueves, 11 de febrero de 2010

Nuestra carrera está en nuestras manos

En más de una oportunidad he escuchado frases como: "No me tienen en cuenta". "Me esfuerzo cada día y no me lo reconocen". "Mi trabajo es mejor que el de XX pero es a él/ella a quien le dan las oportunidades". ¿Alguna vez dijiste o pensaste algo parecido?

Hoy estuve haciendo un recorrido mental por mi carrera y me di cuenta de algo muy importante: siempre he salido al encuentro de las oportunidades. Porque si simplemente nos sentamos a esperar a que éstas toquen a nuestra puerta, eso rara vez ocurrirá.

Simplemente es muy difícil, en el entorno competitivo en el que nos movemos hoy en día y sobre todo cuando trabajamos en empresas muy grandes, diferenciarnos, hacernos notar. Muchas veces debemos juntar coraje, levantar la mano y decir "aquí estoy". De lo contrario, seguiremos pasando desaparcibidos entre "el montón". Dejar de ser un "número" en las nóminas de las empresa solo depende de nuestra actitud.

¿Y cuál debería ser esa actitud? No basta con anotarnos en todo curso que se nos ocurra para agregar conocimientos a nuestro curriculum. También debemos poner en práctica los conocimientos adquiridos, demostrar que podemos brindar un "valor agregado" a nuestras tareas diarias. Sorprender, innovar y no dejar de "vendernos", constantemente, sin llegar a caer en la soberbia. No temer dar nuestros puntos de vista, opinar, proponer, sugerir y poner en práctica una otra vez nuevas ideas, sin temor a equivocarnos porque, en definitiva, de los errores también se aprende y mucho.

Otro punto importante es saber observar a nuestro alrededor, para detectar las oportunidades. Un análisis FODA de nuestro desempeño puede ayudarnos a identificar nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas. Luego debemos trabajar en ello. Afianzar nuestras fortalezas, lucirlas, explotarlas. Buscar la forma de contrarrestar nuestras debilidades, capacitarnos y buscar ayuda siempre que lo necesitemos. Neutralizar las amenazas y no dejar escapar ninguna oportunidad.

Puedo citar dos ejemplos que vienen en este momento a mi mente. Hace mucho tiempo, trabajaba como recepcionista en una empresa en crecimiento. Transcurrido un tiempo más que prudente, sentí que había aprendido lo suficiente como para enfrentar un nuevo desafío. Observé a mi alrededor con mucha atención. Y allí estaba, una oportunidad en la que podría no haber reparado si no me hubiera puesto a pensar seriamente en ello. Todos los miembros del cuerpo directivo tenían sus propias secretarias, excepto uno, el Director. Entonces diseñé una propuesta, solicité una reunión con él y le planteé lo que podía ofrecerle para facilitar su trabajo. Al poco tiempo me convertía en su asistente. ¿Cuál fue el secreto? Haber ganado previamente su confianza, haber demostrado mi compromiso y responsabilidad día a día y, lo más importante de todo, haber levantado la mano diciendo "aquí estoy, tengo deseos de aprender, progresar y brindar lo mejor de mí".

El segundo ejemplo no está directamente relacionado conmigo. Una compañera de trabajo solía lamentarse diciendo que varios de sus colegas habían logrado ser considerados para desarrollar un proyecto de la empresa en el exterior, habían tenido la oportunidad de viajar y crecer en sus profesiones. Yo simplemente le dije "¿Has conversado con tu gerente al respecto? ¿Mencionaste tus deseos de ser tenida en cuenta y tus capacidades para desarrollar ese trabajo?" Al principio ella dudó, dijo que eso era algo que tenía que surgir de su superior, que no debería ser necesario que se lo hiciera notar, que él debería darse cuenta solo. Pero pronto comprendió que no era la única "compitiendo" por aquella oportunidad y que tal vez los demás habían sabido salir a su encuentro con mayor determinación. Además, ni el mejor jefe puede adivinar lo que sentimos o deseamos, si no se lo transmitimos. Tiempo después, luego de haber mantenido una conversación con su jefe, armaba las valijas y se subía al avión...

Nunca serán mal vistas este tipo de iniciativas por parte de nuestros superiores, por el contrario, demuestran nuestro interés, compromiso y deseos de superación, cualidades muy valoradas hoy en día por las empresas. Entonces, si logramos detectar verdaderas oportunidades y consideramos que reunimos los requisitos necesarios para enfrentarlas con éxito, ¿qué debería detenernos? Absolutamente nada. No hay nada por perder y mucho por ganar. Si tenemos otras habilidades debemos ponerlas sobre la mesa, demostrar de lo que somos capaces y no menospreciarnos. Nuestra carrera está en nuestras manos, a fuerza de tenacidad, determinación y automotivación. ¡No lo olvides!

sábado, 2 de enero de 2010


¡ FELIZ AÑO NUEVO !

Cuando un nuevo año comienza es tiempo de hacer balances, de marcarse nuevos objetivos, de soñar y alimentar el optimismo.

El año que se fue realmente ha sido complicado para mí, muchos cambios inesperados me dejaron un sabor amargo y sembraron dudas y temores. Pero también puedo rescatar experiencias positivas, como haberme reencontrado con amigos a los que hace mucho tiempo no veía, la llegada al mundo de la primer hija de una amiga muy querida, el nacimiento de nuevas esperanzas y proyectos...

Debido a causas personales tuve que alejarme de mis lectores por un tiempo, pero aquí estoy de regreso, con energías renovadas y con nuevas ideas que poco a poco iremos compartiendo. Por empezar, año nuevo, boletín nuevo. Espero que encuentres agradable el diseño que con tanto cariño creé para que la experiencia de estar en contacto sea siempre innovadora y fortalezca nuestro vínculo. Si aún no lo recibís, podrás suscribirte haciendo clic aquí.

Te deseo de corazón toda la felicidad y muchos éxitos para este nuevo año que comienza. Mi objetivo para el 2010 es que sigamos luchando por nuestros sueños y que no bajemos los brazos nunca, aún cuando todo a nuestro alrededor parezca estar en nuestra contra. Si observamos con atención, siempre encontraremos una motivación y una mano amiga dispuesta a ayudarnos. Ese fue el aprendizaje que me dejó el 2009. ¿Y vos? ¿Qué aprendiste? Sería muy enriquecedor que lo compartieras dejando tu comentario aquí.

¡Un abrazo!