lunes, 11 de marzo de 2013

Podemos ayudar a un amigo o familiar con depresión, ¿pero cómo hacerlo?


Aunque no lo parezca, la depresión es una enfermedad tan real, severa e invalidante como la cardiopatía o una neumonía. Pero es también una enfermedad muy tratable.

Algunos consejos del Dr. Cormillot:

  • Pase tiempo con la persona si él o ella lo necesita o lo desea.

  • Evite hablar solamente de la depresión y de sus síntomas. Hable de otras personas, del tiempo, de deportes o de las noticias. Si la persona deprimida quiere hablar de su depresión, déjela. Si usted difiere con su punto de vista, dígaselo. Si la discusión se dificulta demasiado o persiste, cambie de tema.

  • Pídale a la persona deprimida que ayude con las tareas que están dentro de sus capacidades. Pero no espere que haga tanto como lo que podía hacer cuando estaba sana.

  • Acompáñela/o a hacer ejercicios sencillos, como caminar, por ejemplo.

  • Deje a la persona deprimida estar sola si lo desea. Sólo debe insistir en que no esté solo/a si existen tendencias suicidas.

  • Si usted cree que la persona puede intentar suicidarse, o si ella declara que lo hará, pregúntele acerca de ello en detalle, inquiriendo acerca de sus sentimientos, planes, y un acceso a un medio para el suicidio. Si usted siente que hay un riesgo, contacte al terapeuta de la persona y quédese con ella.

  • No responda a la irritabilidad con mal genio o discusiones. La irritabilidad forma parte de la depresión y cede mejor con una réplica breve por su parte.

  • Siga con su propia vida. Estará en mejores condiciones para ayudar si permanece física y emocionalmente saludable. Tómese tiempo para salir y hacer las cosas que usted necesita y disfruta.

  • Converse con otros que puedan ayudarlo: amigos, familia, un religioso, un terapeuta. Así como las personas deprimidas necesitan hablar de sus sentimientos, las familias necesitan hablar de los problemas de vivir con alguien que está deprimido. Muchas personas encuentran apoyo en grupos de autoayuda.

  • Esté preparado para contratiempos. Habrá días buenos y días malos en la recuperación de la depresión, así como los hay en la recuperación de cualquier otra enfermedad grave.



27 de junio de 2010



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