Ya no solo es suficiente con tener conocimientos administrativos, atender el teléfono y poseer simpatía, sino que hay que tener un profundo conocimiento de los recursos humanos, del mundo económico-financiero y de los asuntos públicos e institucionales. Ahora también puede correr por cuenta de la secretaria elaborar y llevar adelante proyectos especiales y tener a su cargo el manejo de procedimientos internos de los distintos sectores de la oficina. Se interesa también por el core business y está informada sobre la realidad política y social.
Dentro de esta nueva concepción de las secretarias ejecutivas hay que hacer la diferenciación entre dos tipos de secretarias: por un lado están aquellas de las Pymes y las empresas chicas y por otra parte las que trabajan en grandes empresas y multinacionales. Las primeras no solamente tienen que atender a solo un jefe sino que un grupo de varias personas demandarán sus servicios. Tienen más apego por la empresa y un vínculo más personal con todos los integrantes.
Por otra parte, las secretarias de compañías grandes tienen más posibilidades de capacitarse en distintas ramas, atienden solamente un jefe y las chances de ascenso son mayores. Pero de esta forma no tienen un compromiso emocional importante con la empresa ni con sus jefes.
Los especialistas en recursos humanos afirman que la diferencia principal radica en que las secretarias de las empresas más grandes tienen un concepto moderno del rol de la mujer en la sociedad y en el secretariado, en cambio las asistentes de empresas pequeñas siguen con el pensamiento de las secretarias modelo siglo XX.
La renovación y la importancia de las asistentes no hacen más que revalorizar al puesto y marcar el cambio de una época en la cual la secretaria dejó de cumplir órdenes ciegamente a impartirlas y tener más ingerencia.
Fuente: Clarín
04 de febrero de 2009
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