Por Gabriela Arismendi
GABA www.grafologiabsas.com.ar
Cuando pensamos qué nos separa de nuestros sueños, posiblemente vengan a la mente cuestiones más bien tangibles; como ser dinero, recursos, contactos.
Sin embargo, aunque tengamos frente nuestro el mejor escenario posible, si perdemos de vista que las cuestiones emocionales juegan un papel primordial en el cumplimiento de los objetivos, estaremos haciendo una tarea, que quizás no corra la mejor suerte.
O, desde lo positivo, quizás desconocemos aspectos propios que ayudarían a mejorar lo que hago.
Por ejemplo: soy una persona sociable, me conecto bien con los demás, pero desconozco que poseo inteligencia intuitiva, herramienta más que valiosa para "captar" oportunidades.
Lo que sucede es que aún se sigue menospreciando la intuición adjudicándole una habilidad sobrenatural o algo típico solo en las mujeres.
Otras veces lo que me separa de mi sueño tiene que ver con un carácter que no se ha podido pulir.
Existe una idea general que "el carácter no cambia", cuando en verdad, un buen trabajo personal de autoconocimiento más otras herramientas ayudan a mejorarlo.
En cambio, el temperamento sí es innato, y no puede modificarse, solo puede ser usado de manera eficaz.
En todo esto, la Grafología se convierte en una herramienta eficaz para detectar mediante el análisis de la escritura, rasgos de la personalidad, potencialidades, puntos débiles y fuertes que me ayudan a alcanzar lo que deseo o puntos que impiden una buena performance.
Se puede observar también la relación que tengo con los demás, o mi nivel de autoestima, entre otras cosas.
Ciertamente, el mejor camino que uno puede recorrer es el del autoconocimiento, saber quién soy, hacia dónde voy, y qué llevo en mi "equipaje" para alcanzar mi meta.
11 de Julio de 2011
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