Noticias de la OIT, GINEBRA – A pesar de algunas señales de progreso en términos de igualdad de género durante los últimos 15 años, todavía existe una gran brecha entre hombres y mujeres con respecto a oportunidades de trabajo y calidad del empleo, según un nuevo informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
El informe, titulado Las mujeres en el mercado de trabajo: Medir el progreso e identificar los desafios, dice que más de una década después de que la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing adoptara una ambiciosa plataforma de acción mundial sobre igualdad de género y emancipación de las mujeres, la discriminación de género permanece profundamente arraigada en la sociedad y la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral está aún muy lejos de ser una realidad.
El informe dice que la tasa de actividad de la mano de obra femenina aumentó de 50,2 a 51,7 por ciento entre 1980 y 2008, mientras que la tasa de actividad de la mano de obra masculina bajó de 82,0 a 77,7 por ciento. Como resultado, la brecha de género en la tasa de actividad de la mano de obra disminuyó de 32 a 26 puntos porcentuales.
Al mismo tiempo, el porcentaje de mujeres en empleo remunerado y asalariado creció de 42,8 por ciento en 1999 a 47,3 por ciento en 2009, mientras que el porcentaje de empleo vulnerable disminuyó de 55,9 a 51,2 por ciento.
“Si bien hemos visto progresos en algunas áreas desde que se realizó la conferencia de Beijing, y si bien más mujeres están eligiendo trabajar ahora que antes, las mujeres todavía no gozan de los mismos beneficios que los hombres en el mercado del trabajo”, dijo Sara Elder, del Departamento de Tendencias del Empleo de la OIT y principal autora del informe. “Todavía encontramos más mujeres que hombres en empleos precarios o con bajos salarios, ya sea porque éste es el único tipo de trabajo al cual tienen acceso o porque precisan encontrar algo que les permita equilibrar las responsabilidades de la familia y el trabajo. Los hombres no enfrentan estas mismas limitaciones”.
“Los mercados del trabajo y las políticas de trabajo deben estar mucho más ajustadas a un paradigma más amplio de igualdad de género, un paradigma que adapte y considere los valores y limitaciones propios de las mujeres y de los hombres”, dijo Sara Elder. “Es necesario –y posible- que exista un avance más rápido y amplio hacia la igualdad de género, tanto en términos de ocupaciones como de oportunidades de trabajo”.
Fuente: Extracto sobre nota publicada en International Labour Organization
16 de marzo de 2010
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